me siento solo amistosamente hablando. Mi corazon es un vagabundo corriendo por las calles y tratando de hablar con alguna persona, cualquiera que escuche este corazón herido por la vida, me acerco a la gente, esta se aleja mirando mi ropa harapienta y mis zapatos a medio destruir. Me ven destruido, algunos simplemente me ignoran y otros solo se niegan a acercarse a esta pobre corazón que no tiene un rumbo definido, no tiene fuerzas, solo tiene heridas del pasado que ha guardado para seguir de pie en el día a día y seguir avanzando. Guarda las cicatrices de las heridas, para verlas cuando esté en el suelo y darse cuenta de que estuvo en lo mas hondo del mundo, estuvo en el suelo desangrándose, pero logró levantarse y curar esas heridas y seguir la vida, pero toda herida deja su huella, esa huella sirve para darle las fuerzas necesarias para levantarse en cada caída.
Lo malo de esto, es que cada tropiezo debilita un poco más a este corazón, tiene la fuerza para levantarse pero cada vez pierde más la esperanza de encontrar un rumbo, encontrar esperanza en que la gente abra los ojos y vea más allá de los harapos.
Mientras, este corazón sigue de pie, mirando sus heridas para sacar fuerzas con las cuales pueda levantarse de todas las caídas.
